En el hogar…

El niño/a se muestra agresivo y/o irritable, abandona los juegos a medias, muestra sonidos o gestos de manera repetitiva cuando está muy ansioso, tiene dificultad en el control de esfínteres, muestra intención de querer portarse bien pero no es capaz, presenta fobias o miedos infantiles que interrumpen el funcionamiento diario, los padres tienen dificultades para que el niño se aleje de casa o de algún familiar por un determinado periodo de tiempo, en la adolescencia se altera la vida familiar, etc.

 

En el ámbito académico…

Los profesores se quejan de que el niño/a está muy despistado, tiene despistes frecuentes en su vida cotidiana, le cuesta respetar los turnos de palabras o en los juegos, manifiesta gran dificultad para estar sentado/a, se aburre en clase, presenta desmotivación hacia el estudio, etc.

 

En sus relaciones sociales…

Es un niño muy impulsivo o excesivamente indeciso, se aburre con los grupos de su misma edad, tiene problemas para relacionarse por imposición de su propia voluntad o por excesiva timidez, o en la adolescencia empieza a manifestar conductas de riesgo, etc. 

 

Se han expuesto los síntomas más frecuentes de problemáticas asociadas a la etapa infanto-juvenil. Estos indicios nos darían información de que su hijo/a puede tener algún problema de:

• Adaptación emocional o afectivo. Problemas que pueden derivar en patologías como la ansiedad infantil o de separación, la depresión, los celos, los cambios en el estado de ánimo, miedos, problemas de aceptación de la propia imagen, cambios del apetito, …

• Trastornos del comportamiento: timidez y aislamiento social, conductas agresivas, alteraciones del sueño, control de esfínteres, dificultades en el control de los impulsos, adicciones.

• Trastornos del aprendizaje:  déficit de atención con hiperactividad (TDAH), fracaso escolar, dificultades de lectura o escritura, déficit en técnicas de estudio.

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